“La inteligencia se aprende, al igual que la pobreza.” Esta es la tesis que le da vida al proyecto más revolucionario en la historia de la educación superior en Colombia. Se trata de la Universidad Mutual Alberto Merani, iniciativa de la Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani (FIPCAM) que esta siendo liderada por Alejandro de Zubiría. Quien sostiene que la inteligencia es aprendida y que hay una relación directa entre inteligencia y riqueza, de modo que todo lo que se necesita para sacar adelante a las personas de la pobreza es desarrollar su inteligencia.
La validez de esta tesis tiene sólidos argumentos. Jean Piaget, considerado como “el abuelo” de la Pedagogía Conceptual (PC) fué el primero en proponer la tesis de que la inteligencia es aprendida; es una capacidad adaptativa la cual evoluciona por estadios.
El segundo referente es Alvin Tofler, considerado por muchos como uno de los pensadores y sobre todo visionarios más destacados de la época. Como futurólogo fue uno de los primeros en pronosticar la llegada de la era de la información y la sociedad del conocimiento en los albores del siglo XX. Según él “estamos viviendo un momento de transición hacia un nuevo sistema económico y político”, un sistema basado en la inteligencia. Acuñó también el concepto de “prosumidores” para hacer referencia a aquellos consumidores que producen bienes y servicios y que van desde madres cabeza de hogar y trabajadores voluntarios, hasta líderes barriales, entre otros.
Por otro lado, un hecho que ha resultado ejemplarizante, es la historia del Grameen Bank de Bangladesh. El banco fundado por Muhammad Yunus, conocido también como el “banco de los pobres” En la actualidad, el Banco Grammen es el instituto financiero rural más grande del país. Posee más de 2,3 millones de prestatarios, 94% de los cuales son mujeres. Contando con 1.160 sucursales, provee servicios en 38.951 aldeas, llegando a más de la mitad de las de Bangladesh. El éxito del Banco Grameen en aliviar la pobreza ha inspirado a individuos e instituciones en todo el mundo. En la última década, más de 4.000 personas de aproximadamente 100 países han asistido a los programas de capacitación y aprendizaje. Algunos de ellos regresaron a sus países y replicaron el sistema financiero del Banco Grameen ayudando a los pobres a superar la miseria. Se han establecido más de 230 programas de réplicas de Grameen en 66 países en la última década.
Muhammad Yunus construyó pues, la mejor herramienta para erradicar la pobreza. Introdujo el concepto de ONG 2.0, es decir, Organizaciones no Gubernamentales que no son asistencialistas, de hecho, el banco es una ONG autofinanciable, es un sistema de autoprotección social hecha por los pobres trabajando de una forma organizada.
Con base en estos tres referentes, se está construyendo la Universidad Mutual Alberto Merani en Colombia. Cuyas principales características son: presencial y gratuita. Con acceso para personas que viven en la miseria hasta estudiantes egresados de los colegios mas pobres. No tendrá empleados, sino socios. No contará con planta física. Se establecerá una relación de socios entre los docentes y los estudiantes. Tendrá un colegio, un fondo de ahorro y crédito y centros de salud.
En la actualidad, el proyecto se encuentra en su fase piloto. En efecto, en el municipio de Malambo (Atlántico) se están formando un grupo de mujeres bachilleres, desempleadas que subsisten con menos de 2 dólares diarios; quienes vieron en ésta, su única oportunidad para poder erradicar la pobreza de sus familias. Seguramente, al ser las pioneras, se encargaran de replicar el modelo a lo largo y ancho del país, demostrando a su vez como se puede salir de la pobreza a través de la educación; una educación incluyente, de calidad útil y transformadora.
De no ser por esta iniciativa, seguramente muchos pobres estarían condenados a vivir en la miseria. Es una oportunidad, un reto, lo más importante es que genera confianza y sobre todo esperanza, el hecho de que se trate de una novedosa propuesta liderada por una Fundación tan seria y respetada como el Alberto Merani, cuyo modelo pedagógico ha dado sobradas muestras de efectividad. Cosa muy distinta seria si fuera una promesa de algún populista o demagogo gobernante, queriendo jugar una vez más con las ilusiones de un pueblo ávido de soluciones.
Por eso vale la pena apoyar esta iniciativa, por eso vale la pena jugarse por ella. Porque definitivamente, la educación es el único antídoto contra la pobreza.
Si usted opina lo mismo, lo invito a que se una al grupo en Facebook que respalda esta propuesta.
http://www.facebook.com/group.php?gid=25190204294
Te invito también a mi grupo de lectores en Facebook
http://www.facebook.com/group.php?gid=6072579613
Referencias
De Zubiría, Alejandro “La Inteligencia al igual que la Pobreza se Aprende” Conferencia. Primer Congreso de la Red de Colegios de Pedagogía Conceptual. Perspectivas Educativas del siglo XXI. Bogotá, octubre 3 y 4 de 2008
Yunus, Muhammad "Hacia un Mundo sin Pobreza",
www.grameenarg.org.ar
www.grameen-info.org
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domingo, 5 de octubre de 2008
ARTICULO # 52 LA EDUCACIÓN: ÚNICO REMEDIO CONTRA LA POBREZA
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domingo, 21 de septiembre de 2008
POSTGRADOS ¿GASTO O INVERSIÓN?
En plena era de la información, cuando las reglas del juego de la vida han cambiado (y pocos nos hemos dado cuenta) ¿Es una buena idea invertir en un postgrado? ¿Se justifica la inversión en tiempo, dinero y sacrificio? ¿Está garantizado que quien lo haga obtendrá un “mejor” salario? ¿Quiénes son realmente los ganadores en el negocio de la educación superior?
Recientemente leía un artículo en el periódico Portafolio (septiembre 6) en el que el articulista recomendaba como una buena opción “volver a las aulas para darle un impulso a la carrera” y acto seguido señalaba como una alternativa “rentable” invertir en un postgrado dado que según su “sabia” experiencia “poseer un mayor nivel de educación puede incrementar las posibilidades de un mejor sueldo”
Invertir en un postgrado no es bueno ni malo en si mismo. Todo depende de la razón por la que se haga. Si el motivo es adquirir nuevos conocimientos para desarrollar proyectos productivos, empresas que generen empleos y redunden en bienestar para si mismo y para la sociedad, es plausible. Pero, si por el contrario, la intención es cualificar la hoja de vida con miras a encontrar un trabajo mejor remunerado, posiblemente resulte desilusionándose y difícilmente encuentre ese trabajo soñado en el que por muchos títulos que se ostenten, seguirá siendo empleado y por tanto en cualquier momento podrán prescindir de sus servicios; o en el peor de los casos ni siquiera lo contratarían por encontrarse sobreperfilado y no tener la empresa con que pagar sus altos honorarios.
Además de lo anterior, se debe agregar el alto costo de los postgrados. Una mera especialización, no baja de 4 millones, una maestría en promedio cuesta 15 millones y un doctorado está alrededor de los 40 millones. ¿Cuánto tiempo hay que trabajar para recuperar esa inversión? Años. Y lo peor es que son muy pocos los que tienen el dinero completo, por lo que se ven obligados a acudir al sistema financiero, donde los intereses no son muy cómodos que digamos. El negocio lo hacen entonces las universidades y los bancos, y vaya que si es bien redondo!!!
Todo profesional responsable tiene la obligación de mantenerse actualizado en su disciplina. Afortunadamente para eso existen otras alternativas más económicas y sobre todo más prácticas para estar al día en la carrera. Diplomados, seminarios, cursos libres, talleres, conferencias, congresos donde se discuten y presentan los últimos avances de la profesión y lo más importante, se realizan contactos que resultan muy provechosos.
Los tiempos definitivamente han cambiado. Ese cuentico de “estudie juicioso y saque buenas notas para que consiga un buen empleo” debe quedar totalmente revaluado. Si usted se siente capaz de crear empresa, de motivar a los demás a buscar otros caminos, ha de saber que el mundo de hoy necesita de personas proactivas, creativas, propositivas, dispuestas a dar lo mejor de si para solucionar los problemas de nuestra época; y no individuos que aún siguen creyendo en la “seguridad” y comodidad de un empleo o una actividad que en poco a nada aporta a su propio crecimiento ni al desarrollo del país.
Recientemente leía un artículo en el periódico Portafolio (septiembre 6) en el que el articulista recomendaba como una buena opción “volver a las aulas para darle un impulso a la carrera” y acto seguido señalaba como una alternativa “rentable” invertir en un postgrado dado que según su “sabia” experiencia “poseer un mayor nivel de educación puede incrementar las posibilidades de un mejor sueldo”
Invertir en un postgrado no es bueno ni malo en si mismo. Todo depende de la razón por la que se haga. Si el motivo es adquirir nuevos conocimientos para desarrollar proyectos productivos, empresas que generen empleos y redunden en bienestar para si mismo y para la sociedad, es plausible. Pero, si por el contrario, la intención es cualificar la hoja de vida con miras a encontrar un trabajo mejor remunerado, posiblemente resulte desilusionándose y difícilmente encuentre ese trabajo soñado en el que por muchos títulos que se ostenten, seguirá siendo empleado y por tanto en cualquier momento podrán prescindir de sus servicios; o en el peor de los casos ni siquiera lo contratarían por encontrarse sobreperfilado y no tener la empresa con que pagar sus altos honorarios.
Además de lo anterior, se debe agregar el alto costo de los postgrados. Una mera especialización, no baja de 4 millones, una maestría en promedio cuesta 15 millones y un doctorado está alrededor de los 40 millones. ¿Cuánto tiempo hay que trabajar para recuperar esa inversión? Años. Y lo peor es que son muy pocos los que tienen el dinero completo, por lo que se ven obligados a acudir al sistema financiero, donde los intereses no son muy cómodos que digamos. El negocio lo hacen entonces las universidades y los bancos, y vaya que si es bien redondo!!!
Todo profesional responsable tiene la obligación de mantenerse actualizado en su disciplina. Afortunadamente para eso existen otras alternativas más económicas y sobre todo más prácticas para estar al día en la carrera. Diplomados, seminarios, cursos libres, talleres, conferencias, congresos donde se discuten y presentan los últimos avances de la profesión y lo más importante, se realizan contactos que resultan muy provechosos.
Los tiempos definitivamente han cambiado. Ese cuentico de “estudie juicioso y saque buenas notas para que consiga un buen empleo” debe quedar totalmente revaluado. Si usted se siente capaz de crear empresa, de motivar a los demás a buscar otros caminos, ha de saber que el mundo de hoy necesita de personas proactivas, creativas, propositivas, dispuestas a dar lo mejor de si para solucionar los problemas de nuestra época; y no individuos que aún siguen creyendo en la “seguridad” y comodidad de un empleo o una actividad que en poco a nada aporta a su propio crecimiento ni al desarrollo del país.
De modo pues que si en estos momentos se encuentra preocupado o preocupada porque no sabe como gastarse lo que no tiene en un postgrado, lo recomendable seria pensar en la opción de invertir mejor ese dinero. Sobre todo si se es un joven profesional, no está demás recordar que desde ahora debemos prepararnos para tener una vejez tranquila y sin angustias económicas. No olvidemos que los tiempos han cambiado, y por ende, debemos actuar en consecuencia.
Así las cosas, hacer un postgrado es un ¿Gasto o una inversión?
¿Usted qué opina?
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lunes, 8 de septiembre de 2008
HERRAMIENTAS PARA LA VIDA
Si en sus manos estuviera la responsabilidad de diseñar un plan curricular para educar a las nuevas generaciones de colombianos ¿Qué les enseñaría usted? ¿Acaso lo mismo que "aprendió" en su paso por la escuela? ¿Cree usted que esos once años de estudio lo prepararon para enfrentarse al mundo real? ¿Está satisfecho con la educación que reciben actualmente sus hijos?
La educación básica y media en Colombia, al igual que la educación superior, también está estratificada. Es decir, una es la educación para ricos, otra para la clase media y otra muy diferente para los pobres. Es una verdad de Perogrullo que nunca está de más recordarla. En general, es un sistema que está concebido para producir obreros en masa, unos más calificados que otros, pero igualmente obreros.
Es preocupante ver como todavía se sigue privilegiando la educación memorística. Llenando a los estudiantes de una cantidad de información que solo logran retener hasta el día de la presentación del examen para después olvidar casi por completo lo "aprendido".
Resulta bastante ingenuo pretender cambiar un sistema tan arraigado en la sociedad. Es una superestructura que está atravesada por intereses políticos, económicos y sociales. Sin embargo, con algo de voluntad -sobre todo de los padres de familia- se podrían incluir algunas herramientas encaminadas a contribuir con la reducción de las desigualdades económicas, la formación de individuos más integrales, emprendedores y con sólidas bases para enfrentarse al mundo real.
Probablemente existan más, pero de acuerdo al análisis del entorno en que vivimos me atrevo a aseverar que las herramientas para enfrentar la vida real son aquellas que permitan desarrollar la inteligencia emocional, la inteligencia financiera, el emprendimiento y la informática.
La inteligencia emocional es la habilidad para aprender a manejar las emociones, ser asertivos, ponerse en los “zapatos del otro”. En ese orden de ideas, un individuo que tenga esta capacidad será menos agresivo, más respetuoso con la diferencia, solidario, cooperativo, tendrá mayor consideración con sus semejantes. Será más persona.
La inteligencia financiera, simple y llanamente es aprender las reglas del juego del dinero. En una sociedad capitalista como la nuestra es una irresponsabilidad no tener conocimientos básicos de finanzas personales, no saber la diferencia real entre un activo y un pasivo, no saber cómo invertir ni multiplicar el dinero. Creer que la única forma de generar ingresos es a través de un empleo seguro. Una persona que aprenda el juego, será menos vulnerable a la hora de administrar sus recursos. Los verdaderos ricos aprendieron el juego hace mucho rato y se lo enseñan a sus hijos. Ellos aprendieron a invertir, los demás, aprendimos a consumir. Ya es hora de que dichas enseñanzas estén al alcance de todos y no sólo de unos pocos.
El emprendimiento es una actitud propositiva frente a la vida. No sólo se trata de inculcar en las nuevas generaciones el espíritu de la creación de empresas, sino también de organizaciones sociales, de redes que beneficien a su comunidad. El emprendimiento promueve el trabajo en equipo, el beneficio colectivo. Cuando una iniciativa emprendedora sale adelante, el impacto positivo es incalculable sobre el mismo emprendedor, su familia, su entorno y el país.
Por último, la informática. Es vital que el joven de hoy se mueva como “pez en el agua por la red”, que aprenda a diseñar páginas, blogs, a crear redes, que le pueda sacar provecho a las inmensas posibilidades que ofrece el mundo virtual y la era de la información. Se convierte pues en una herramienta de apalancamiento de las demás herramientas. Grosso modo, estas son las herramientas para la vida, como se dijo en líneas previas, seguramente hay más. Lo importante es que se tome conciencia de la necesidad de dominar estos conocimientos para tener una vida más satisfactoria, en la que sea el individuo quien tenga el control de su propia existencia y no esté sujeta su prosperidad a los vaivenes del mercado, las malas administraciones públicas o los caprichos de un indolente jefe.
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miércoles, 26 de marzo de 2008
LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA

La educación en Colombia es excluyente, inequitativa y clasista. Además, su estructuración tiene como objetivo proveer a esta sociedad de los individuos necesarios para mantener un “statu quo” “diseñado” desde las más altas esferas del poder económico, político y social; y aceptado como normal por parte de la gran mayoría de los miembros de la nación.
Cuando en un país impera la regla según la cual, estudia el que puede y no el que quiere, éste es excluyente. Claro, toda regla tiene su excepción. De hecho, algunos colombianos logran acceder a la educación superior gracias a dos vías: en primer lugar, siendo parte de ese paupérrimo 10% de afortunados bachilleres que -como si se tratara de una rifa- logran obtener un cupo en alguna de las pocas universidades públicas (La mayoria son de gran calidad) a las que, dicho sea de paso, tienen la posibilidad de presentarse en igualdad de condiciones todos los aspirantes, sin importar si provienen de un colegio estrato 6, bilingüe, certificado y de excelente calidad, o por el contrario, de un establecimiento más humilde, donde el nivel claramente no es el mismo. De modo que no se requiere ser un sabio para darse cuenta quien tiene las de ganar. En segundo lugar, para que un colombiano pueda educarse debe optar por trabajar y estudiar al mismo tiempo. La cuestión es que si se vio en la necesidad de seguir este camino ha de ser porque debe cumplir con otras obligaciones. (Su propia subsistencia, la ayuda a sus padres, hermanos e incluso para algunos sus propios hijos) En ese orden de ideas, son muy contados los que tienen la posibilidad de ingresar a las mejores Universidades del país, porque a su vez, son las más costosas.
Y así como en el nivel secundario la educación es inequitativa, pues, en el nivel superior ni se diga. O acaso ¿Alguien duda de la innegable calidad de Universidades como Los Andes, El Cesa, La Eafit, El Externado, El Rosario y La Javeriana? Instituciones que además de tener acreditación institucional, tienen en su nomina un considerable número de docentes con doctorado, muchos de los cuales son verdaderas autoridades de sus respectivas disciplinas en Colombia; profesores visitantes provenientes de prestigiosas universidades del mundo, en fin, fuentes primarias del conocimiento y no tan sólo comentadores de comentadores; o en el peor de los casos, profesionales recién egresados.
En estas universidades -salvo contadas excepciones- se forma a la elite del país. De allí, salen los que van a gobernar, los que van a dirigir las grandes empresas, los que van a ocupar los mejores puestos del Estado, los que van a formar parte del servicio diplomático, los que manejan la opinión; en síntesis, los que van a hacer el relevo de quienes hoy llevan las riendas de la “patria”. Así ha sido, es y será por mucho tiempo.
Por eso es que la educación es clasista. Porque en este país, una es la que recibe la clase alta, muy diferente y de mayor categoría a la que accede la clase media y de la recibida por la clase baja ni hablar, mera capacitación en artes y oficios; estas dos últimas, casi condenadas a ser obreros de los primeros. A no ser que se trate de unos aguerridos emprendedores dispuestos a cambiar su “destino”.
Así entonces, tenemos una sociedad con un “eficiente” modelo educativo que funciona a la perfección. Produce por un lado, los futuros jefes de estado, ministros, embajadores, altos ejecutivos, generales; y por otro, los cientos de profesionales que estarán al servicio de éstos y se sentirán profundamente agradecidos por la oportunidad brindada, a la espera de un golpe de suerte o de un “palancazo” que les ayude a ascender al siguiente nivel. Y en cuanto a los desafortunados, su educación –si acaso- les alcanzará para ser auxiliares, de los auxiliares, para hacer los oficios que los otros consideran dignos pero que nunca harían. (El vigilante, la señora del servicio, la secretaria, el barrendero, el mensajero, la impulsadora, el chofer, el ruso y un largo etc, etc, etc)
Con este tipo de educación se mantiene el “statu quo”, todo sigue igual y lo más triste es que para muchos es normal. Ojalá, no esté muy lejano el día en que la educación de calidad esté al alcance de TODOS y deje de ser un privilegio de unos pocos. Aunque a decir verdad, como lo señala el profesor Trevor - Roper en su obra The Rise of Christian Europe:
Cuando en un país impera la regla según la cual, estudia el que puede y no el que quiere, éste es excluyente. Claro, toda regla tiene su excepción. De hecho, algunos colombianos logran acceder a la educación superior gracias a dos vías: en primer lugar, siendo parte de ese paupérrimo 10% de afortunados bachilleres que -como si se tratara de una rifa- logran obtener un cupo en alguna de las pocas universidades públicas (La mayoria son de gran calidad) a las que, dicho sea de paso, tienen la posibilidad de presentarse en igualdad de condiciones todos los aspirantes, sin importar si provienen de un colegio estrato 6, bilingüe, certificado y de excelente calidad, o por el contrario, de un establecimiento más humilde, donde el nivel claramente no es el mismo. De modo que no se requiere ser un sabio para darse cuenta quien tiene las de ganar. En segundo lugar, para que un colombiano pueda educarse debe optar por trabajar y estudiar al mismo tiempo. La cuestión es que si se vio en la necesidad de seguir este camino ha de ser porque debe cumplir con otras obligaciones. (Su propia subsistencia, la ayuda a sus padres, hermanos e incluso para algunos sus propios hijos) En ese orden de ideas, son muy contados los que tienen la posibilidad de ingresar a las mejores Universidades del país, porque a su vez, son las más costosas.
Y así como en el nivel secundario la educación es inequitativa, pues, en el nivel superior ni se diga. O acaso ¿Alguien duda de la innegable calidad de Universidades como Los Andes, El Cesa, La Eafit, El Externado, El Rosario y La Javeriana? Instituciones que además de tener acreditación institucional, tienen en su nomina un considerable número de docentes con doctorado, muchos de los cuales son verdaderas autoridades de sus respectivas disciplinas en Colombia; profesores visitantes provenientes de prestigiosas universidades del mundo, en fin, fuentes primarias del conocimiento y no tan sólo comentadores de comentadores; o en el peor de los casos, profesionales recién egresados.
En estas universidades -salvo contadas excepciones- se forma a la elite del país. De allí, salen los que van a gobernar, los que van a dirigir las grandes empresas, los que van a ocupar los mejores puestos del Estado, los que van a formar parte del servicio diplomático, los que manejan la opinión; en síntesis, los que van a hacer el relevo de quienes hoy llevan las riendas de la “patria”. Así ha sido, es y será por mucho tiempo.
Por eso es que la educación es clasista. Porque en este país, una es la que recibe la clase alta, muy diferente y de mayor categoría a la que accede la clase media y de la recibida por la clase baja ni hablar, mera capacitación en artes y oficios; estas dos últimas, casi condenadas a ser obreros de los primeros. A no ser que se trate de unos aguerridos emprendedores dispuestos a cambiar su “destino”.
Así entonces, tenemos una sociedad con un “eficiente” modelo educativo que funciona a la perfección. Produce por un lado, los futuros jefes de estado, ministros, embajadores, altos ejecutivos, generales; y por otro, los cientos de profesionales que estarán al servicio de éstos y se sentirán profundamente agradecidos por la oportunidad brindada, a la espera de un golpe de suerte o de un “palancazo” que les ayude a ascender al siguiente nivel. Y en cuanto a los desafortunados, su educación –si acaso- les alcanzará para ser auxiliares, de los auxiliares, para hacer los oficios que los otros consideran dignos pero que nunca harían. (El vigilante, la señora del servicio, la secretaria, el barrendero, el mensajero, la impulsadora, el chofer, el ruso y un largo etc, etc, etc)
Con este tipo de educación se mantiene el “statu quo”, todo sigue igual y lo más triste es que para muchos es normal. Ojalá, no esté muy lejano el día en que la educación de calidad esté al alcance de TODOS y deje de ser un privilegio de unos pocos. Aunque a decir verdad, como lo señala el profesor Trevor - Roper en su obra The Rise of Christian Europe:
"Las clases dominantes no pueden cambiar fácilmente de orientación, su dominio social y las instituciones por medio de las cuales lo ejercen, impiden a otras clases asegurarse el poder o cambiar de politica"
De modo que ese deseo puede ser realmente una utopía, pues mientras la educación siga siendo un negocio y una forma de control social, quienes la administran y se lucran de ella no estarán interesados en democratizarla.
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martes, 11 de diciembre de 2007
EL PERIODISMO UNIVERSITARIO ¿EL QUINTO PODER?

La semana pasada hacia una crítica al pobre rol de los grandes medios de comunicación como veedores de las prácticas gubernamentales y como más bien, ejercían una notable influencia en la formación de la mentalidad sumisa. De igual forma, hacía la salvedad sobre el hecho de que afortunadamente existían los medios alternativos que de una manera independiente y ética informan, pero sobre todo forman a la comunidad.
Entre dichos medios alternativos de comunicación se encuentra el periodismo escrito universitario. Ahora bien, ¿Cuál es su realidad actual? ¿Cuál es su presencia y su influencia en la población estudiantil colombiana? ¿Es una prensa independiente o está sujeta a la voluntad de las directivas de las respectivas instituciones? Y lo que en gran parte de los casos es lo más complicado a la hora de sacar adelante proyectos de esta índole ¿Cómo se financian?
El periodismo universitario colombiano está todavía muy lejos de tener alcance nacional, sigue siendo marginal, de hecho, son muy pocos los que son conocidos más allá de su propia universidad de origen. Por otro lado, a diferencia de la prensa tradicional –quienes se encuentran debidamente agremiados en ANDIARIOS- la prensa universitaria no cuenta con ninguna asociación, ni actúan en red para colaborarse en su labor; salvo contadas excepciones, son muy pocos los premios y los reconocimientos que se le han hecho a quienes han incursionado en este campo; que no siempre son estudiantes o profesionales de la comunicación.
Al no trabajar entonces mancomunadamente, se pierde la oportunidad de hacer frente común para procurar la solución de los problemas propios de la vida universitaria y de la juventud en general; mucho menos se nota la influencia en la discusión de los temas de índole nacional. Lo cual es lamentable, ya que se supone que de la academia y sus protagonistas (los estudiantes) deberían salir unas creativas formulas para combatir los males del país; el más de ellos, la ignorancia política.
Periodismo universitario si hay, pero de los pocos periódicos que existen la mayoría dependen considerablemente de presupuestos institucionales, son muy contados -casi inexistentes- los que se mantienen de una forma totalmente independiente, y menos los que son conformados exclusivamente por estudiantes; quienes de una manera casi quijotesca tratan de mantener a flote un medio que les de la oportunidad de expresar su sentir y pensar sobre los asuntos de su universidad y del país.
De manera que si los grandes medios son considerados como el cuarto poder; si la prensa universitaria se organizara, se agremiara, si actuara en conjunto, bien podría constituirse en el quinto poder. Porque a diferencia del ciudadano del común, el universitario es más contestatario, no traga tan entero, no se le puede enredar tan fácil. (Aunque como en todo, hay excepciones)
Ahí puede estar entonces el quinto poder, en el periodismo universitario, ojalá independiente, autónomo, al servicio de la verdad y no de unos intereses particulares; consciente de la importancia que podría llegar a adquirir en la formación política de la ciudadanía en general, además del necesario control y veeduría de los recursos que (por cierto son tan pocos) se invierten en la educación.
Entre dichos medios alternativos de comunicación se encuentra el periodismo escrito universitario. Ahora bien, ¿Cuál es su realidad actual? ¿Cuál es su presencia y su influencia en la población estudiantil colombiana? ¿Es una prensa independiente o está sujeta a la voluntad de las directivas de las respectivas instituciones? Y lo que en gran parte de los casos es lo más complicado a la hora de sacar adelante proyectos de esta índole ¿Cómo se financian?
El periodismo universitario colombiano está todavía muy lejos de tener alcance nacional, sigue siendo marginal, de hecho, son muy pocos los que son conocidos más allá de su propia universidad de origen. Por otro lado, a diferencia de la prensa tradicional –quienes se encuentran debidamente agremiados en ANDIARIOS- la prensa universitaria no cuenta con ninguna asociación, ni actúan en red para colaborarse en su labor; salvo contadas excepciones, son muy pocos los premios y los reconocimientos que se le han hecho a quienes han incursionado en este campo; que no siempre son estudiantes o profesionales de la comunicación.
Al no trabajar entonces mancomunadamente, se pierde la oportunidad de hacer frente común para procurar la solución de los problemas propios de la vida universitaria y de la juventud en general; mucho menos se nota la influencia en la discusión de los temas de índole nacional. Lo cual es lamentable, ya que se supone que de la academia y sus protagonistas (los estudiantes) deberían salir unas creativas formulas para combatir los males del país; el más de ellos, la ignorancia política.
Periodismo universitario si hay, pero de los pocos periódicos que existen la mayoría dependen considerablemente de presupuestos institucionales, son muy contados -casi inexistentes- los que se mantienen de una forma totalmente independiente, y menos los que son conformados exclusivamente por estudiantes; quienes de una manera casi quijotesca tratan de mantener a flote un medio que les de la oportunidad de expresar su sentir y pensar sobre los asuntos de su universidad y del país.
De manera que si los grandes medios son considerados como el cuarto poder; si la prensa universitaria se organizara, se agremiara, si actuara en conjunto, bien podría constituirse en el quinto poder. Porque a diferencia del ciudadano del común, el universitario es más contestatario, no traga tan entero, no se le puede enredar tan fácil. (Aunque como en todo, hay excepciones)
Ahí puede estar entonces el quinto poder, en el periodismo universitario, ojalá independiente, autónomo, al servicio de la verdad y no de unos intereses particulares; consciente de la importancia que podría llegar a adquirir en la formación política de la ciudadanía en general, además del necesario control y veeduría de los recursos que (por cierto son tan pocos) se invierten en la educación.
martes, 4 de diciembre de 2007
LA FORMACIÓN DE LA MENTALIDAD SUMISA
Se dice que los medios de comunicación son el cuarto poder; además del ejecutivo, el legislativo y el judicial. En un país como Colombia: ¿qué tan cierto será dicha afirmación? ¿No serán por el contrario los grandes medios unos apéndices del ejecutivo? ¿Son éstos realmente independientes, objetivos y éticos? ¿Contribuyen efectivamente con la formación política, social y ciudadana de los individuos?
Vicente Romano, -autor del libro que da nombre a éste articulo- señala acertadamente que la “fe en la información ha producido la impresión de que la prensa, la radio y la televisión son medios de información o comunicación; si se miden por su volumen de producción sirven sobre todo al reclamo publicitario y al entretenimiento. La prensa del corazón es más numerosa que la de información general (por eso no es raro que la revista TV y Novelas sea la mas leída en Colombia, por encima incluso de la revista SEMANA) y se utilizan primordialmente, no para reducir la ignorancia, sino para cubrir temporal y ficticiamente los déficit emocionales con la distracción para matar el tiempo”
Sería injusto incluir en una misma canasta a todos los medios de comunicación, por fortuna, existen los medios alternativos, quienes en una quijotesca labor tratan de resistir a los embates de las multinacionales mediáticas, las cuales acuden constantemente a la manipulación, “produciendo deliberadamente mensajes que no concuerdan con la realidad social” –como diría Romano- para crear opiniones en incautos espectadores que creen ingenuamente en la “loable” defensa del bien común por parte de dichos medios, cuando lo cierto es que sólo actúan en defensa de unos intereses particulares e incluso hasta de clase. Tan efectivos son esos mensajes que han logrado sumir a la mayoría de los colombianos en una especie de letargo e hipnosis colectiva en la que es difícil darse cuenta que somos victimas de la imposición de una realidad virtual y por ende vivimos de espaldas a la verdadera realidad.
En el siglo XXI entonces, los medios, los que otrora tumbaran gobiernos y fueran veedores de las practicas gubernamentales, ahora están al servicio de quienes detentan el poder económico, que son los mismos que en ultimas sustentan el poder político y se dan sus mañas para controlar también el poder del conocimiento. Es decir, el que tiene el oro hace las reglas y las impone; y el ignorante creyéndose culto, dócilmente las acepta.
Porque de sumisos es de lo que está lleno éste país; de personajes que sólo se nutren de las informaciones oficiales y que no acuden a otras fuentes para contrastar las mentiras que a diario salen de palacio, se conforman con repetir los mismos y manidos argumentos que no resisten la fuerza del análisis pero que finalmente terminan imponiéndose gracias al eco de los grandes medios.
¿Estamos entonces ante una sociedad sumisa? ¿Una sociedad que ha personificado la política y que en medio de su desespero ha depositado su suerte en las manos de un individuo que se cree el salvador? ¿Cuál ha sido la responsabilidad de los grandes medios en dicho fenómeno?
Lo cierto es que hay que estar atentos, mantener los ojos abiertos y no creer ciegamente en todo lo que nos bombardean a diario como supuesta información los grandes medios de comunicación, se debe acudir también a otras fuentes, se debe contrastar, sopesar, analizar; porque en un país tan complejo como el nuestro se corre el riesgo de emitir juicios basados en informaciones prefabricadas y con otras intenciones menos las de informar.
En fin, a toda costa se debe evitar tener una mentalidad sumisa.
Vicente Romano, -autor del libro que da nombre a éste articulo- señala acertadamente que la “fe en la información ha producido la impresión de que la prensa, la radio y la televisión son medios de información o comunicación; si se miden por su volumen de producción sirven sobre todo al reclamo publicitario y al entretenimiento. La prensa del corazón es más numerosa que la de información general (por eso no es raro que la revista TV y Novelas sea la mas leída en Colombia, por encima incluso de la revista SEMANA) y se utilizan primordialmente, no para reducir la ignorancia, sino para cubrir temporal y ficticiamente los déficit emocionales con la distracción para matar el tiempo”
Sería injusto incluir en una misma canasta a todos los medios de comunicación, por fortuna, existen los medios alternativos, quienes en una quijotesca labor tratan de resistir a los embates de las multinacionales mediáticas, las cuales acuden constantemente a la manipulación, “produciendo deliberadamente mensajes que no concuerdan con la realidad social” –como diría Romano- para crear opiniones en incautos espectadores que creen ingenuamente en la “loable” defensa del bien común por parte de dichos medios, cuando lo cierto es que sólo actúan en defensa de unos intereses particulares e incluso hasta de clase. Tan efectivos son esos mensajes que han logrado sumir a la mayoría de los colombianos en una especie de letargo e hipnosis colectiva en la que es difícil darse cuenta que somos victimas de la imposición de una realidad virtual y por ende vivimos de espaldas a la verdadera realidad.
En el siglo XXI entonces, los medios, los que otrora tumbaran gobiernos y fueran veedores de las practicas gubernamentales, ahora están al servicio de quienes detentan el poder económico, que son los mismos que en ultimas sustentan el poder político y se dan sus mañas para controlar también el poder del conocimiento. Es decir, el que tiene el oro hace las reglas y las impone; y el ignorante creyéndose culto, dócilmente las acepta.
Porque de sumisos es de lo que está lleno éste país; de personajes que sólo se nutren de las informaciones oficiales y que no acuden a otras fuentes para contrastar las mentiras que a diario salen de palacio, se conforman con repetir los mismos y manidos argumentos que no resisten la fuerza del análisis pero que finalmente terminan imponiéndose gracias al eco de los grandes medios.
¿Estamos entonces ante una sociedad sumisa? ¿Una sociedad que ha personificado la política y que en medio de su desespero ha depositado su suerte en las manos de un individuo que se cree el salvador? ¿Cuál ha sido la responsabilidad de los grandes medios en dicho fenómeno?
Lo cierto es que hay que estar atentos, mantener los ojos abiertos y no creer ciegamente en todo lo que nos bombardean a diario como supuesta información los grandes medios de comunicación, se debe acudir también a otras fuentes, se debe contrastar, sopesar, analizar; porque en un país tan complejo como el nuestro se corre el riesgo de emitir juicios basados en informaciones prefabricadas y con otras intenciones menos las de informar.
En fin, a toda costa se debe evitar tener una mentalidad sumisa.
martes, 18 de septiembre de 2007
LA ETERNA PATRIA BOBA

Desde que Colombia existe como Republica ha tenido que ver como sus hijos se matan inmisericordemente, envueltos en una lucha fratricida que parece no tener fin, cada generación tiene la esperanza de un mañana mejor, pero por lo menos hasta hoy dicho anhelo no a sido mas que una vana ilusión. Son innumerables los libros que se han escrito sobre este eterno conflicto, muchos de ellos quizás con pretensiones académicas mas no ajenos a la influencia ideológica y política, particularmente en los últimos 20 años han surgido en el país unos expertos que no tienen par a nivel mundial, me refiero a los tan renombrados "VIOLENTOLOGOS" cuya tesis principal "era que en el país no había un conflicto armado, sino múltiples violencias" lo cual obligaba a que se debían enfrentar las causas que las producían, a saber, la injusticia social, la democracia restringida, la falta de oportunidades para los mas desfavorecidos, etc. Elementos que aparentemente justificarían la existencia de la subversión armada y que de ser superados pues deslegitimaría a estos grupos.
Ahora bien, la pregunta es ¿Existe o no existe conflicto armado?, para el gobierno actual y sus ideólogos de palacio no es posible hablar de conflicto, se habla mas bien de una amenaza terrorista, sostiene que si alguna vez hubo motivo, hoy en día éste es anacrónico y la existencia de guerrillas a la antigua usanza no tiene razón de ser. Pero lo cierto es que desde mi punto de vista si existe un conflicto armado que enfrenta a dos fuerzas, a saber, el Estado, o mas bien quienes lo han administrado por lo menos durante los últimos 50 años y la guerrilla. (Llámesele como se le llame, de hecho, su calificativo ha variado con el paso del tiempo y de las circunstancias geopolíticas, han sido denominados como "La Chusma", "Bandoleros", "Comunistas" "Narcoguerrilleros" y últimamente, "Terroristas o Narcoterroristas".) Y dicha confrontación ha dejado miles de muertos, de huérfanos, de viudas, de victimas y se sigue insistiendo en que la única solución es la vía armada, ambos contendores lo consideran así y ambos son ilusos en pretender derrotar a su contraparte, la guerrilla con su utopía de tomarse el poder y el gobierno creyendo que los puede derrotar o por lo menos debilitar y obligarlos a negociar, cosa que no se logro cuando apenas eran unos cuantos harapientos campesinos mal armados por allá en los días de las "Republicas Independientes", ni ante la demagógica propuesta de Uribe de acabarlos en 18 meses.
Ahí están, vivitos y coleando, haciendo daño, secuestrando, asesinando, obstaculizando la consolidación de un partido serio y comprometido con la democracia como el Polo Democrático, con ideologías importadas, todavía no entiendo como estos (hp) traen a colación teorías marxistas y leninistas, totalmente revaluadas y arcaicas, ahora se dicen bolivarianos y muchos ni tendrán idea de que signifique ello. La cuestión es que no se necesita ser guerrillero para darse cuenta que este país es manejado por oligarcas, que el poder político, económico y del conocimiento lo detentan unos pocos, que el pobre cada vez es mas pobre, y por ende la brecha es cada vez mas amplia, que se violan los derechos humanos, que el establecimiento asesina o desaparece a todo a aquel que se atreve a cuestionarlo, sin importar de donde provenga. El hecho es que estoy convencido que no se requiere tomar las armas, es preferible morir empuñando el arma de la razón, de los argumentos, que podrirse en la selva luchando por una causa perdida y soñando con una paz que cada vez se pierde mas en el horizonte.
Y es precisamente ese concepto llamado PAZ el que es entendido a su manera por cada una de las partes, por un lado, quienes han administrado el Estado siempre han considerado que la paz es que la guerrilla entregue las armas, se desmovilice y entre en un proceso de reinserción, por lo menos así se a hecho desde los tiempos de Rojas Pinilla, hasta las ultimas del M19, el problema es que una vez entregadas las armas, desmovilizados y en proceso de reinserción empiezan a ser asesinados, (v. gr Guadalupe Salcedo, Dumar Aljure, Toledo Plata, Oscar William Calvo, Carlos Pizarro, etc.) el gobierno no les cumple las promesas y los deja colgados de la brocha después de darles limosnas durante un tiempo y la reinserción en la gran mayoría de las casos fracasa, obligándolos a volverse a enrolar, incluso sin importar el grupo armado.
Es por eso que la guerrilla no cree en esa concepción de paz, para ellos, ésta se lograra el día en que se produzcan esos cambios sociales, políticos y económicos por los que supuestamente luchan y con o sin razón sostienen su desconfianza hacia el establecimiento, argumentados en hechos en parte ciertos, como el exterminio de la Unión Patriótica por ejemplo. De manera que así las cosas, lejos estamos de ver un acuerdo entre las partes, es decir, estamos en un nudo gordiano, en una sin salida que muchos ilusoria e ingenuamente consideran que no hay tal pues para ellos el fin del conflicto esta a la vuelta de la esquina (véase al chistoso de Fernando Londoño y al académico Eduardo Pizarro León Gómez)
Conflicto si hay, y este se da en tres frentes: el militar, el político y el mediático; en estos dos últimos, es claro que la guerrilla ha perdido un inmenso espacio, prácticamente perdió su legitimidad, ese cuento de que su lucha es por el pueblo ya nadie si los cree, son considerados terroristas por las grandes potencias, después de que con el gobierno Pastrana se pasearon de corbata por Europa, no tienen ninguna representatividad política e incluso afecta al Polo con sus declaraciones que dan cuenta que tampoco asimilaron lo sucedido con la UP, pues dan a los violentos una excusa para exterminar al Polo. En cuanto al frente mediático, su derrota ha sido contundente, salvo el periódico Voz y algunos medios marginales, los grandes han sabido movilizar la opinión para crear un fuerte rechazo hacia este grupo, cuyo abanderado es el mismo Uribe y ahí radica su popularidad porque éste ha sabido capitalizar ese descontento y con un incremento del pie de fuerza y del presupuesto para el fortalecimiento de las fuerzas armadas ha logrado detener el avance de la guerrilla, el problema es que dicha contención parece haber llegado a un punto muerto y en ese frente militar ambas fuerzas están en tablas, porque ni la guerrilla se tomara el poder ni Uribe acabara con ellos. (Así muchos ingenuos se lo crean)
Mientras tanto, la tragedia sigue, los desplazados se cuentan por millones, tanto que somos el segundo país del mundo en esa vergonzosa estadística, los muertos producidos por el conflicto, siguen en aumento, la miseria esta a la orden del día, las nuevas generaciones pierden la oportunidad de acceder la educación porque el presupuesto estatal cada vez es mas reducido, los únicos beneficiados con este maldito problema son los señores de la guerra, los que viven de esta tragedia y que en nada están interesados en buscar una salida, las partes en confrontación se alimentan mutuamente, se justifican por la existencia del otro y lo peor es que los colombianos asistimos a esta macabra comedia humana, pasivos, indiferentes, penosamente acostumbrados a vivir en medio de la violencia. Porque en este país un muerto más, ya no nos duele, si acaso lo lloramos unos días y ya después todo vuelve a la "normalidad" a la adormeciente REALIDAD.
Como ven, vivimos en LA ETERNA PATRIA BOBA
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