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domingo, 21 de septiembre de 2008

POSTGRADOS ¿GASTO O INVERSIÓN?



En plena era de la información, cuando las reglas del juego de la vida han cambiado (y pocos nos hemos dado cuenta) ¿Es una buena idea invertir en un postgrado? ¿Se justifica la inversión en tiempo, dinero y sacrificio? ¿Está garantizado que quien lo haga obtendrá un “mejor” salario? ¿Quiénes son realmente los ganadores en el negocio de la educación superior?

Recientemente leía un artículo en el periódico Portafolio (septiembre 6) en el que el articulista recomendaba como una buena opción “volver a las aulas para darle un impulso a la carrera” y acto seguido señalaba como una alternativa “rentable” invertir en un postgrado dado que según su “sabia” experiencia “poseer un mayor nivel de educación puede incrementar las posibilidades de un mejor sueldo”

Invertir en un postgrado no es bueno ni malo en si mismo. Todo depende de la razón por la que se haga. Si el motivo es adquirir nuevos conocimientos para desarrollar proyectos productivos, empresas que generen empleos y redunden en bienestar para si mismo y para la sociedad, es plausible. Pero, si por el contrario, la intención es cualificar la hoja de vida con miras a encontrar un trabajo mejor remunerado, posiblemente resulte desilusionándose y difícilmente encuentre ese trabajo soñado en el que por muchos títulos que se ostenten, seguirá siendo empleado y por tanto en cualquier momento podrán prescindir de sus servicios; o en el peor de los casos ni siquiera lo contratarían por encontrarse sobreperfilado y no tener la empresa con que pagar sus altos honorarios.

Además de lo anterior, se debe agregar el alto costo de los postgrados. Una mera especialización, no baja de 4 millones, una maestría en promedio cuesta 15 millones y un doctorado está alrededor de los 40 millones. ¿Cuánto tiempo hay que trabajar para recuperar esa inversión? Años. Y lo peor es que son muy pocos los que tienen el dinero completo, por lo que se ven obligados a acudir al sistema financiero, donde los intereses no son muy cómodos que digamos. El negocio lo hacen entonces las universidades y los bancos, y vaya que si es bien redondo!!!

Todo profesional responsable tiene la obligación de mantenerse actualizado en su disciplina. Afortunadamente para eso existen otras alternativas más económicas y sobre todo más prácticas para estar al día en la carrera. Diplomados, seminarios, cursos libres, talleres, conferencias, congresos donde se discuten y presentan los últimos avances de la profesión y lo más importante, se realizan contactos que resultan muy provechosos.

Los tiempos definitivamente han cambiado. Ese cuentico de “estudie juicioso y saque buenas notas para que consiga un buen empleo” debe quedar totalmente revaluado. Si usted se siente capaz de crear empresa, de motivar a los demás a buscar otros caminos, ha de saber que el mundo de hoy necesita de personas proactivas, creativas, propositivas, dispuestas a dar lo mejor de si para solucionar los problemas de nuestra época; y no individuos que aún siguen creyendo en la “seguridad” y comodidad de un empleo o una actividad que en poco a nada aporta a su propio crecimiento ni al desarrollo del país.

De modo pues que si en estos momentos se encuentra preocupado o preocupada porque no sabe como gastarse lo que no tiene en un postgrado, lo recomendable seria pensar en la opción de invertir mejor ese dinero. Sobre todo si se es un joven profesional, no está demás recordar que desde ahora debemos prepararnos para tener una vejez tranquila y sin angustias económicas. No olvidemos que los tiempos han cambiado, y por ende, debemos actuar en consecuencia.

Así las cosas, hacer un postgrado es un ¿Gasto o una inversión?

¿Usted qué opina?

lunes, 24 de diciembre de 2007

CARTA AL NIÑO DIOS


La edición de Diciembre de la revista SOHO trae un especial de “cartas al niño Dios” escritas por reconocidos personajes que a su manera le hacían sus humildes y modestas peticiones a la versión infantil del que es dizque el creador de todo. Pues bien, no soy un reconocido personaje pero si quiero hacer el mismo ejercicio, sin importar que esto sólo vaya a ser leído por unos cuantos amables lectores.

Para empezar, debo reconocer que no creo mucho en ese cuento del “niño dios” me parece más una inocente historia para chantajear a los chinos esperando que se manejen bien. Por lo demás, es una arraigada tradición igualmente impuesta por la iglesia, que ni siquiera corresponde con la realidad, pues según la historia, Jesús no nació en Diciembre sino en Marzo.

Hay muchas cosas que me gustaría pedirle al pequeño, pero no lo voy a atiborrar con tanta vaina porque ha de estar bastante ocupado resolviendo las peticiones de millones de individuos que guardan la esperanza de que el hombrecito les haga el milagrito. De hecho, no voy a pedirle nada para mí, sino para mis amigos, el país, y en especial para mi Universidad.

Para mis amigos –que me gustaría fueran muchos- quisiera pedirte además de la consabida salud y prosperidad; mucho entusiasmo, una alta dosis de motivación y sobre todo, un fervoroso deseo de ayudar a los demás. (Sobre todo a los que andamos tan vaciados)

Para el país; ojalá que algún día tantas oraciones surtan efecto, y se mejore esta vaina, porque a veces siente uno que el creador a dejado esta tierrita a la deriva, como quien dice “sin Dios y sin ley”, no de otra forma podría explicarse que en un mismo lugar tengamos el infortunio, la desgracia, la tragedia, de ser azotados por tantos males al mismo tiempo; a saber, guerrilla, paramilitares, narcotraficantes, políticos corruptos, contrabandistas, piratas, asesinos, violadores de niños, analfabetas políticos, dogmáticos, etc, etc, etc.

Y para mi Universidad, querido “niño dios” me gustaría pedirte que despertaras estos espíritus aletargados, indiferentes ante su realidad, que mas que estudiantes universitarios con conciencia critica, parecen autómatas a los que sólo les interesa pasar las materias así sea con un 58 arrastrado; llénalos “niño dios” de un desbordante espíritu de solidaridad y de cuerpo, ayúdalos a comprender que solo actuando organizados podremos pedirle y exigirle más a los que “administran” nuestra Universidad; para quienes te pido de paso, mayor diligencia, efectividad, creatividad, apertura, y sobre todo, VISIÓN, que entiendan que tienen en sus manos un gran capital, que no se puede dilapidar por manejos caprichosos y anquilosados de ciertos personajes que se creen intocables.

No es más, con eso ya tienes mucho por hacer, lo último que te pido es que te acuerdes de esta tierrita, que nos envíes buenos gobernantes, buenos administradores, ya hemos sufrido mucho, ya es hora de pasar de los dolorosos a los gozosos y ojalà algún día vivamos los gloriosos.


¿Será eso mucho pedir, mi querido niño “dios”?

martes, 11 de diciembre de 2007

EL PERIODISMO UNIVERSITARIO ¿EL QUINTO PODER?


La semana pasada hacia una crítica al pobre rol de los grandes medios de comunicación como veedores de las prácticas gubernamentales y como más bien, ejercían una notable influencia en la formación de la mentalidad sumisa. De igual forma, hacía la salvedad sobre el hecho de que afortunadamente existían los medios alternativos que de una manera independiente y ética informan, pero sobre todo forman a la comunidad.

Entre dichos medios alternativos de comunicación se encuentra el periodismo escrito universitario. Ahora bien, ¿Cuál es su realidad actual? ¿Cuál es su presencia y su influencia en la población estudiantil colombiana? ¿Es una prensa independiente o está sujeta a la voluntad de las directivas de las respectivas instituciones? Y lo que en gran parte de los casos es lo más complicado a la hora de sacar adelante proyectos de esta índole ¿Cómo se financian?

El periodismo universitario colombiano está todavía muy lejos de tener alcance nacional, sigue siendo marginal, de hecho, son muy pocos los que son conocidos más allá de su propia universidad de origen. Por otro lado, a diferencia de la prensa tradicional –quienes se encuentran debidamente agremiados en ANDIARIOS- la prensa universitaria no cuenta con ninguna asociación, ni actúan en red para colaborarse en su labor; salvo contadas excepciones, son muy pocos los premios y los reconocimientos que se le han hecho a quienes han incursionado en este campo; que no siempre son estudiantes o profesionales de la comunicación.

Al no trabajar entonces mancomunadamente, se pierde la oportunidad de hacer frente común para procurar la solución de los problemas propios de la vida universitaria y de la juventud en general; mucho menos se nota la influencia en la discusión de los temas de índole nacional. Lo cual es lamentable, ya que se supone que de la academia y sus protagonistas (los estudiantes) deberían salir unas creativas formulas para combatir los males del país; el más de ellos, la ignorancia política.

Periodismo universitario si hay, pero de los pocos periódicos que existen la mayoría dependen considerablemente de presupuestos institucionales, son muy contados -casi inexistentes- los que se mantienen de una forma totalmente independiente, y menos los que son conformados exclusivamente por estudiantes; quienes de una manera casi quijotesca tratan de mantener a flote un medio que les de la oportunidad de expresar su sentir y pensar sobre los asuntos de su universidad y del país.

De manera que si los grandes medios son considerados como el cuarto poder; si la prensa universitaria se organizara, se agremiara, si actuara en conjunto, bien podría constituirse en el quinto poder. Porque a diferencia del ciudadano del común, el universitario es más contestatario, no traga tan entero, no se le puede enredar tan fácil. (Aunque como en todo, hay excepciones)

Ahí puede estar entonces el quinto poder, en el periodismo universitario, ojalá independiente, autónomo, al servicio de la verdad y no de unos intereses particulares; consciente de la importancia que podría llegar a adquirir en la formación política de la ciudadanía en general, además del necesario control y veeduría de los recursos que (por cierto son tan pocos) se invierten en la educación.