En plena era de la información, cuando las reglas del juego de la vida han cambiado (y pocos nos hemos dado cuenta) ¿Es una buena idea invertir en un postgrado? ¿Se justifica la inversión en tiempo, dinero y sacrificio? ¿Está garantizado que quien lo haga obtendrá un “mejor” salario? ¿Quiénes son realmente los ganadores en el negocio de la educación superior?
Recientemente leía un artículo en el periódico Portafolio (septiembre 6) en el que el articulista recomendaba como una buena opción “volver a las aulas para darle un impulso a la carrera” y acto seguido señalaba como una alternativa “rentable” invertir en un postgrado dado que según su “sabia” experiencia “poseer un mayor nivel de educación puede incrementar las posibilidades de un mejor sueldo”
Invertir en un postgrado no es bueno ni malo en si mismo. Todo depende de la razón por la que se haga. Si el motivo es adquirir nuevos conocimientos para desarrollar proyectos productivos, empresas que generen empleos y redunden en bienestar para si mismo y para la sociedad, es plausible. Pero, si por el contrario, la intención es cualificar la hoja de vida con miras a encontrar un trabajo mejor remunerado, posiblemente resulte desilusionándose y difícilmente encuentre ese trabajo soñado en el que por muchos títulos que se ostenten, seguirá siendo empleado y por tanto en cualquier momento podrán prescindir de sus servicios; o en el peor de los casos ni siquiera lo contratarían por encontrarse sobreperfilado y no tener la empresa con que pagar sus altos honorarios.
Además de lo anterior, se debe agregar el alto costo de los postgrados. Una mera especialización, no baja de 4 millones, una maestría en promedio cuesta 15 millones y un doctorado está alrededor de los 40 millones. ¿Cuánto tiempo hay que trabajar para recuperar esa inversión? Años. Y lo peor es que son muy pocos los que tienen el dinero completo, por lo que se ven obligados a acudir al sistema financiero, donde los intereses no son muy cómodos que digamos. El negocio lo hacen entonces las universidades y los bancos, y vaya que si es bien redondo!!!
Todo profesional responsable tiene la obligación de mantenerse actualizado en su disciplina. Afortunadamente para eso existen otras alternativas más económicas y sobre todo más prácticas para estar al día en la carrera. Diplomados, seminarios, cursos libres, talleres, conferencias, congresos donde se discuten y presentan los últimos avances de la profesión y lo más importante, se realizan contactos que resultan muy provechosos.
Los tiempos definitivamente han cambiado. Ese cuentico de “estudie juicioso y saque buenas notas para que consiga un buen empleo” debe quedar totalmente revaluado. Si usted se siente capaz de crear empresa, de motivar a los demás a buscar otros caminos, ha de saber que el mundo de hoy necesita de personas proactivas, creativas, propositivas, dispuestas a dar lo mejor de si para solucionar los problemas de nuestra época; y no individuos que aún siguen creyendo en la “seguridad” y comodidad de un empleo o una actividad que en poco a nada aporta a su propio crecimiento ni al desarrollo del país.
Recientemente leía un artículo en el periódico Portafolio (septiembre 6) en el que el articulista recomendaba como una buena opción “volver a las aulas para darle un impulso a la carrera” y acto seguido señalaba como una alternativa “rentable” invertir en un postgrado dado que según su “sabia” experiencia “poseer un mayor nivel de educación puede incrementar las posibilidades de un mejor sueldo”
Invertir en un postgrado no es bueno ni malo en si mismo. Todo depende de la razón por la que se haga. Si el motivo es adquirir nuevos conocimientos para desarrollar proyectos productivos, empresas que generen empleos y redunden en bienestar para si mismo y para la sociedad, es plausible. Pero, si por el contrario, la intención es cualificar la hoja de vida con miras a encontrar un trabajo mejor remunerado, posiblemente resulte desilusionándose y difícilmente encuentre ese trabajo soñado en el que por muchos títulos que se ostenten, seguirá siendo empleado y por tanto en cualquier momento podrán prescindir de sus servicios; o en el peor de los casos ni siquiera lo contratarían por encontrarse sobreperfilado y no tener la empresa con que pagar sus altos honorarios.
Además de lo anterior, se debe agregar el alto costo de los postgrados. Una mera especialización, no baja de 4 millones, una maestría en promedio cuesta 15 millones y un doctorado está alrededor de los 40 millones. ¿Cuánto tiempo hay que trabajar para recuperar esa inversión? Años. Y lo peor es que son muy pocos los que tienen el dinero completo, por lo que se ven obligados a acudir al sistema financiero, donde los intereses no son muy cómodos que digamos. El negocio lo hacen entonces las universidades y los bancos, y vaya que si es bien redondo!!!
Todo profesional responsable tiene la obligación de mantenerse actualizado en su disciplina. Afortunadamente para eso existen otras alternativas más económicas y sobre todo más prácticas para estar al día en la carrera. Diplomados, seminarios, cursos libres, talleres, conferencias, congresos donde se discuten y presentan los últimos avances de la profesión y lo más importante, se realizan contactos que resultan muy provechosos.
Los tiempos definitivamente han cambiado. Ese cuentico de “estudie juicioso y saque buenas notas para que consiga un buen empleo” debe quedar totalmente revaluado. Si usted se siente capaz de crear empresa, de motivar a los demás a buscar otros caminos, ha de saber que el mundo de hoy necesita de personas proactivas, creativas, propositivas, dispuestas a dar lo mejor de si para solucionar los problemas de nuestra época; y no individuos que aún siguen creyendo en la “seguridad” y comodidad de un empleo o una actividad que en poco a nada aporta a su propio crecimiento ni al desarrollo del país.
De modo pues que si en estos momentos se encuentra preocupado o preocupada porque no sabe como gastarse lo que no tiene en un postgrado, lo recomendable seria pensar en la opción de invertir mejor ese dinero. Sobre todo si se es un joven profesional, no está demás recordar que desde ahora debemos prepararnos para tener una vejez tranquila y sin angustias económicas. No olvidemos que los tiempos han cambiado, y por ende, debemos actuar en consecuencia.
Así las cosas, hacer un postgrado es un ¿Gasto o una inversión?
¿Usted qué opina?
Así las cosas, hacer un postgrado es un ¿Gasto o una inversión?
¿Usted qué opina?
1 comentario:
Hola, Andrés:
Estoy completamente de acuerdo contigo. Un postgrado, maestría o lo que sea no asegura un buen empleo y menos en este país de preferencias elitistas. Yo prefiero apostarle ese dinero y ese tiempo a un proyecto productivo que redunde en beneficio para mi y para otras personas. La vida solo es una y el tiempo no da espera, asi que la mejor idea para el crecimiento es el emprendimiento como tu bien lo dices.
Estudiar si pero sin necesidad de engordarle los bolsillos a los bancos y a las universidades para dejar convertirse en "empleado" si es que lo logra porque en Colombia la tendencia es contratar mano de obra no tan calificada.
Gracias.
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