“La principal tarea de los padres con sus hijos, no es criarlos, sino HUMANIZARLOS”
ANDRÉS GRANADA
Si usted tuviera la oportunidad de darle la bienvenida a una hija recién nacida, de mostrarle el mundo, de contarle a donde llegó, de describirle la tierra en que vivimos, ¿Qué le diría? ¿Cuáles serian sus primeras palabras para ese nuevo ser? ¿Le contaría una versión romántica o una versión real? ¿Seria objetivo o subjetivo en su relato? Pues bien, yo le diría lo siguiente:
Mí apreciada hija:
No se de dónde vengas, ni mucho menos podría especular con saber para dónde vas. Lo cierto es que por lo menos de mi parte, haré todo lo que este en mis manos para que algún día te conviertas en un buen Ser Humano y por supuesto, llegues a ser una gran mujer. Por lo pronto no eres más que una indefensa creatura, que necesita del cuidado constante de tus padres para aferrarte con ahínco a un mundo totalmente nuevo para ti.
Y es precisamente de este mundo del que te quiero hablar. De antemano debo decirte que no puedo ser neutral, mi relato, obviamente esta mediado por la cultura en la que me ha tocado crecer, sin embargo, he intentado liberarme de unas cuantas taras, de unos cuantos condicionamientos, de unas cuantas construcciones sociales que forman la realidad de un individuo y que en no pocas ocasiones lo esclavizan y lo llevan a discriminar y maltratar al otro por no pensar o ver el mundo como él lo ve.
Un cantante centroamericano dice en una de sus canciones que en este mundo hay “más religiones que niños felices”. Y razón no le falta. De hecho, se cuentan por millones, querida hija, las personas que han muerto “defendiendo y expandiendo” su fe. A lo largo de la historia se han arrazado pueblos enteros en nombre de algo que los hombres han dado en llamar “DIOS”, “ALA”, “YAVHE”, “JEHOVA”. La verdad no tengo certeza sobre algo que muchos dan por sentado, aun sigo preguntándome si en verdad es cierto eso de que Dios creo al hombre, o por el contrario, dios, no es mas que un ingenioso invento del hombre para aliviar su soledad. Eso es algo que tú tendrás que descubrir por ti misma, no me atrevo a matricularte en religión alguna, es más, tendrás la libertad de creer en lo que a bien creas.
El hombre, mi estimada hija, es una paradoja. Se precia de ser el mas inteligente de todos los habitantes de esta tierra, pero al mismo tiempo, esa supuesta inteligencia podría llevarlo a su perdición. Con esa inmensa capacidad creativa que es privilegio exclusivo de su especie, ha podido conquistar el mundo y allende las estrellas. No obstante, por primera vez en su larga historia, esta en capacidad de autodestruirse en un solo instante, bastarían unos cuantos artefactos nucleares y no quedaría rastro de su paso por estos lares.
Hija, el hombre como especie es uno solo. Sin embargo, te darás cuenta que existe una gran variedad y diversidad. Los hay negros, blancos, amarillos. Heterosexuales, homosexuales, bisexuales. Están odiosamente divididos en clases sociales: descaradamente ricos, muy ricos, aparentemente ricos, pobres, muy pobres y en la miseria, es decir, un puñado que lo tiene casi todo, y el resto que no tiene nada.
Por fortuna, naces en una época en la que la mujer ha ganado espacio en la sociedad, por lo menos en occidente, porque en algunos países de oriente, la mujer no es más que un objeto y su sumisión esta legitimada por algo que llaman dizque el “coran” que es como la biblia de los cristianos. Y seguramente para cuando crezcas, vivirás en un mundo dominado por las mujeres, cosa que me alegra, pues después de miles de años de dominio patriarcal no es mucho lo positivo que se pueda destacar. Y posiblemente nos esperarían mejores días si viviéramos en un mundo maternal.
De antemano te advierto que la vida no será fácil para ti, todo lo tendrás que ganar con esfuerzo y dedicación. Mi afecto no será incondicional, aplaudiré tus triunfos, te acompañaré en tus derrotas, pero no aceptaré tus malquerencias, no celebraré tus injusticias, no compartiré tus desplantes al otro, tus humillaciones al otro, tus discriminaciones al otro.
Para cuando tengas uso de razón, posiblemente, el mundo al que recién llegaste sea diferente de lo que es en la actualidad. ¿Mejor? ¿Peor? No lo se. Aunque tengo la percepción de que si seguimos como vamos, no tenemos mucho futuro. La naturaleza esta pasando su cuenta de cobro: huracanes, terremotos, inundaciones, grandes desastres naturales, que son el producto de la forma tan irresponsable como “cuidamos” nuestro hogar.
Se que es una mirada un poco pesimista, pero no pretendo asustarte, por el contrario, es mi deseo que conozcas el mundo real, que no crezcas en una burbuja donde todo es bello y color de rosa. Eso no quiere decir que no te vayas a encontrar con cosas sublimes, vivirás momentos de mucha felicidad, de alegría.
Como te dije en líneas previas, el hombre es una paradoja, y también ha creado maravillas. Grandes obras literarias, pinturas y esculturas inmortales, versos y sonetos melodiosos. Creaciones que nos muestran ese lado HUMANO del hombre. Espero ponerte en contacto con ellas tan pronto puedas hacerlo, ya me imagino contigo visitando museos, asistiendo a cine arte, disfrutando de las bibliotecas.
Conocerás la historia de este mundo a través de muchos medios. De entrada te prevengo, no creas ciegamente todo lo que te cuentan, mastícalo, digiérelo, te lo recomiendo porque la historia no es objetiva, la escriben los “vencedores” y casi siempre dejando por fuera otros relatos, otras versiones.
No te cases con una ideología, ni mucho menos con un dogma. No permitas que laven tu cerebro, ni que manipulen tus emociones, ni te pongas al servicio de intereses mezquinos. Estos en vez de promover la fraternidad, despiertan los odios, los rencores, las envidias. Observa, escucha, coteja, consulta fuentes alternativas, nunca des nada por sentado (ni siquiera lo que te estoy escribiendo).
Este mundo mi querida hija, necesita buenos seres humanos. Solidarios, incluyentes, respetuosos de la diversidad, y como soy un convencido de que esa formación empieza por casa, pues me alegra de sobremanera la tarea que ahora emprendo contigo. Por fortuna, quien me acompaña en este loable oficio, es decir tu madre, es precisamente un bello ser humano, una gran mujer, un buen modelo para ti.
Esto es todo por ahora, ya te seguiré contando más detalles de este mundo al que llegaste. Espero poder contribuir con tu felicidad, en últimas eso es lo que todo padre desea, que su hija sea FELIZ.
Bienvenida al mundo, mí querida ORIANNA.
Tu papá
Andrés
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