La obra quizás mas representativa o por lo menos mas recordada de ALONSO SALAZAR es "No Nacimos pa semilla", un estudio sobre los sicarios de Medellín por allá en los inicios de los 90. Pues bien, en esta oportunidad quiero hacer una reseña de otro libro suyo que lleva por titulo "Mujeres de Fuego" que según el autor en comento es un "libro que presenta una serie de testimonios de mujeres que, desde diversas posiciones, han estado envueltas en los fenómenos de violencia que han sacudido al país en los últimos años. Están las historias de mujeres que dedicaron su vida a la lucha guerrillera, de las jóvenes que participaron de las milicias populares, de las que vivieron en el mundo del sicariato y el narcotráfico, de las madres y familiares de los desaparecidos, de las jueces.
"Cada historia es generalizable en el sentido de que toda vida es a la vez resumen de múltiples circunstancias sociales, pero al mismo tiempo excepcional; cada relato revela una dimensión personal e irrepetible." Dice el autor que en Colombia hace falta narra , entender y colectivizar los conflictos violentos que han maleado nuestra vida personal y colectiva. En algunas ocasiones cuando la paz pareció posible, se idealizo la realidad y se quiso echar tierra sobre el pasado, pero la terapia del olvido no ha dado resultado. Hace falta que las reflexiones sobre nuestra historia y específicamente sobre nuestras violencias, que son tan prodigas en los últimos tiempos, se difundan hacia toda la sociedad y motiven los cambios necesarios que nos acerquen a la paz.
Es cierto, falta narrar, es cierto, falta hacer viva la palabra, darle significado a nuestra trágica historia, pero infortunadamente, nuestra historia como en un circulo vicioso se repite y se repite, es como decía Shakespeare, "La vida es un teatro donde solo cambian los actores" en nuestro caso colombiano nominalmente han cambiado los actores, pero seguimos el mismo guion, a saber, violencia, autodefensa, amnistías, indultos, OLVIDO.
Sin importar de donde venga, toda violencia es condenable, y la responsabilidad pretérita y actual de nuestro sino trágico es de todos, pero especialmente de los personajes que nos ha tocado por dirigentes, ninguno ha estado a la altura de las circunstancias, y cuando de pronto asoma una generación valiosa, terminan arrinconados, asesinados o cooptados por el denominado establecimiento. Nadie, pero absolutamente nadie puede lavarse las manos y no asumir su parte de culpa.
Lastimosamente, hoy, mayo 29 de 2007 asistimos a la repetición de la comedia o del drama colombiano, y cosa curiosa, los actores casi que son los mismos de hace 40 años, o en su defecto descendientes de aquellos, los Santos, los Lleras, los Turbay, por un lado, y por otro, el eterno tiro fijo, Reyes, el Monojojoy, claro que otros han entrado en escena, los otrora pájaros, ahora se llaman Mancuso, Báez, don Berna, Macaco, etc.
Y mientras tanto el pueblo, la llamada sociedad civil de un lado para el otro, movido por los grandes que manejan la opinión, muy pocos ciudadanos críticos y con criterio, indiferentes ante la miseria, ante la barbarie, ¿cuantas mujeres de fuego no ha dejado esta guerra fratricida? y eso no es lo peor ¿Cuantas mas hacen falta para que enderecemos el camino - si es que alguna vez ha estado recto?
Por lo pronto, solo queda intentar pensar, algunos les cuesta, pero hay que intentarlo, por lo menos sembrar la semilla debiera ser una obligación de todos, sin importar creencias e ideologías políticas, lo mínimo que podemos hacer como ciudadanos de a pie es bien informarnos y como siempre insisto, estar atentos y no tragar entero.
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