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lunes, 3 de septiembre de 2007

¿ETERNO EMPLEADO O AGUERRIDO EMPRESARIO?

Hablar y escribir en este país de política le recuerda a uno aquella
frase que en su lecho de enfermo pronunció Bolivar a propósito de su
profunda tristeza por la inminente desintegración de su obra magna "La
Gran Colombia", si mal no recuerdo decía: "are en el desierto y sembré
en el mar" y de todos es sabido cuan acertada fue esa sentencia.

Es por ello que esta semana y quizás en las venideras no los voy a
atosigar con mis escritos de corte político, salvo que sea
estrictamente necesario.

En ese orden de ideas, quiero compartir con ustedes mi impresión sobre
la juiciosa lectura que estoy haciendo de un personaje que se ha
vuelto muy popular en Colombia y en el mundo, pero que es probable
tenga cierta resistencia sobre todo en las gentes mas preparadas ya
que se trata de literatura creada exclusivamente para vender. Me
refiero a Robert Kiyosaki, el celebre autor de "Padre Rico, Padre
Pobre".

Pues bien, debo confesar que he vencido la resistencia y me he
permitido leerlo y no puedo negar que a pesar de que es un
"betseller" y que no cuenta con mucha acogida en los círculos de los
intelectuales, en mi caso particular si me ha sido de gran provecho
ya que he encontrado algunas respuestas que explican mi vehemente
rechazo a ser un simple obrero a vivir de un paupérrimo salario que
para muchos profesionales en Colombia ya no se distancia mucho de lo
que gana un operario común y corriente con escaso bachillerato (con el
respeto que estos me merecen)

He ahí entonces la razón del titulo de este articulo, ¿Estamos
condenados a ser obreros? ¿Somos el resultado de un sistema que se ha
encargado de producir en masa obreros y soldados? ¿Será que tendremos
que aceptar estoicamente la triste realidad de estudiar con denuedo
durante cinco años para luego salir a engrosar las filas de los
desempleados o mal remunerados?

En uno de sus libros, titulado "Antes de renunciar a tu empleo" -el
cual motivò este escrito- Kiyosaki cuenta que uno de los momentos más
aterradores de su vida fue el día en el que dejó su empleo y se
convirtió oficialmente en empresario. Ese día supo que "no habría más
sueldo, ni seguro médico, ni plan de retiro. No habría más días de
incapacidad ni vacaciones pagadas". Es decir, dió el gran salto y cambio la
seguridad que aparentemente brinda un empleo por la libertad y la
esperanza de empezar a construir algo propio y cambiar de bando y pasar
a mandar en vez de ser mandado.

Pero... ¿Cuántos de los miles de profesionales que a diario entran al
mercado laboral están dispuestos a darse la pela por crear empresa?
¿Cuantos están decididos a renunciar a un ingreso fijo por buscar su
libertad financiera?

Quisiera pensar que muchos, que miles, pero
me temo que en nuestro país no es esa la regla, porque se trata de una
cuestión de mentalidad, porque desde pequeños nos han metido en la
cabeza, tanto en la escuela como en la casa, que debemos estudiar duro
y sacar muy buenas calificaciones para conseguirnos un excelente
trabajo, no nos han enseñado a ser empresarios y es por ello que
muchos lo ven como algo lejano, como una utopía y se llenan de excusas
para lanzarse al ruedo y ahí se le van pasando los años, de trabajo en
trabajo, de entrevista en entrevista, lamentando su mala fortuna, ya
ni siquiera basta con tener maestrías y doctorados, los hay que se
regalan por tres pesos y en no pocos casos ven la partida del país
hacia otras latitudes como única opción de superación y de
mejoramiento de su calidad de vida, porque sienten que la inversión
hecha no es valorada en Colombia.

A lo anterior súmele que gran parte de los profesionales recién
egresados, cometen el error de creerse el cuento de que ahora ya son
"doctores" y que por ende deben llevar una vida de "doctores" es
decir, ya cuentan con un "status" que deben mantener y la competencia con
los miembros de su generación por demostrar quien es el mas exitoso
los lleva a endeudarse de forma estrepitosa, que el carrito, que el
apartamento, que las tarjetas de crédito, que las vacaciones y cuando
voltean a mirar, están ahogados en las deudas y con un salario que
difícilmente le alcanza para cubrir sus múltiples obligaciones.

Es ahí entonces cuando se produce el ingreso a ese circulo vicioso que le
impide renunciar a su trabajo y quitarse las cadenas de la madrugada,
del regaño del jefe, de la humillación en algunos casos y dedicarse a
construir sus propios negocios, ¡ah! y olvidaba algo, no falta los que
se les da por casarse con su eterna novia de la universidad y
nuevamente las deudas crecen, y se engañan pensando que los ingresos
de ambos aliviaran las cargas, es por ello que creen que casarse es un
buen negocio pues se dividen los gastos, al contrario, lo que se
acumulan son las deudas y si se les da por tener hijos, las
responsabilidades, las mismas que una y otra vez lo atan a su trabajo
o a que regale este por cualquier peso, aumentan. De manera que terminan
trabajando por el dinero sin importar lo que ganen pues no dejaran de
ser empleados y la regla indica que por idiosincrasia tendemos a
gastar mas de lo que ganamos.

Y no quiero ni imaginarme que irá a ser de esta generación cuando
llegue a la inevitable tercera edad y la pensión ya no sea más que una
lejana ilusión, porque como van las cosas, para cuando seamos
"viejos" nuestra única esperanza será la caridad.

De modo que ahí les queda la inquietud, miren a ver, el tiempo es
oro como dirían por ahí, y lo peor es que se lo estamos dando a otros
que si aprendieron la lección y se están enriqueciendo a costa de su trabajo
y su miseria.

La pregunta entonces es ¿Obrero o EMPRESARIO? en sus manos está.

1 comentario:

Gonzalo dijo...

El escrito en definitiva no esta mal, me parece que los anteriores has sido mejores, y creo que eran mas del alma, en este caso la buena intención se abona grandemente, pero quizá seria mejor fortalecer aquellos escritos en los que tiene mayor interés, claro! desde luego veo que es parte de ese importante trabajo de generar conciencia y hacer entender a la juventud, pero usted tiene mas para dar y si la política es su campo de mayor interés, entonces no creo que a otros les moleste leerlo, porque de hecho se puede hacer mas interesante cada vez, ese campo de lo autentico es lo que admiramos de pocos colombianos y de grandes personajes, claro como también de pésimos personajes que escuchamos todos los días, los que con sus palabras nos convencen a muchos de grandes patrañas y estupideces, pero en su caso, no es así, ese sentimiento importante por nuestra desafortunada situación es importante que se mantenga y se fortalezca con autenticidad. El mensaje es claro, quizá hay personas que ahora no se pierden sus escritos, pero que no lo hacen porque sienten que cada escrito seguirá el hilo de lo anterior, como el libro en cadena de este gran personaje (DWORKIN), por ultimo le expreso con admiración los votos tomados y esperando esos aporte importantes que pueda seguir generando. Por ahora cometeré la descortesía de no presentarme, pero continuaré en la lectura de sus escritos, mientras me sea posible desde luego.